Cuando tus linfocitos ya no puedan defenderte, la neumonía aparecerá en tu epitafio como eufemismo. Eso si tienes la suerte de vivir en un país occidental con seguridad social o tienes un seguro privado…
En 1984 se aisló el VIH. Françoise Barré-Sinoussi y Luc Montanier se pelearon con Robert Gallo por el descubrimiento y finalmente los dos primeros recibieron el Nobel en 2008.
Pero los tres científicos, tanto en los 80, tras descubrir el virus, como en 2008, después de que se diera el Nobel, hablaron de que se conseguiría crear una vacuna a corto plazo, una prueba más de que los nóbeles también dicen tonterías, ya sea por estupidez, por euforia o por interés.
Efectivamente, subestimaron al virus, o algo peor. Más de 30 años después y en plena era digital, el VIH sigue inasequible. Su increíble velocidad de mutación, única entre todos los virus conocidos, hace imposible crear el patrón que lo cace. Cuando se le ataca con fármacos, se esconde en el organismo y vuelve a aparecer para reproducirse cuando estos dejan de administrarse.
Estos fármacos son los antirretrovirales, que surgieron a mediados de los 90 y constituyen el último gran avance en la lucha contra el SIDA. Un matar moscas a cañonazos, similar a la quimioterapia con el cáncer, aunque con efectos colaterales más leves y que al menos consiguió convertir una enfermedad mortal con una esperanza media de vida de 10 años en una enfermedad crónica.
Sin vacuna a la vista
Cada año una farmacéutica, un laboratorio o un curandero dice que ya tiene la respuesta. Ya sea a modo de vacuna preventiva o terapéutica, sucedáneo o placebo pero la realidad es que tras cientos de intentos de vacuna durante las últimas décadas, el VIH está más presente que nunca, debido a la estabilización de la tasa de transmisión y al aumento de la esperanza de vida.
No hay conspiraciones. El VIH no conspiró cuando el SIV se transmitió del mono al hombre a mediados del pasado siglo y tampoco lo hacen las farmaceúticas.
Si algún laboratorio descubriera la cura, podría poner un cheque en blanco. Es más sencillo ser conservador y vender las dosis mensuales de Atripla a 1000 dólares.
La vacuna llegará pero no será a corto ni medio plazo ya que desde que surge la gran idea, que será un conjunto de ideas realmente, hasta que la vacuna está disponible, pasan al menos 3 años, por el complejo y necesario ciclo que hay que pasar… y esa idea ni está, ni se la espera.
Mientras tanto, millones de personas en países subdesarrollados seguirán muriendo. Y cuando llegue… también.