Ello da lugar a un monólogo interior de Bloom sobre la problématica del parto y la necesidad de paliar esos dolores con algún método de sedación, como el que al parecer siguió la reina Victoria.
Child’s head too big: forceps. Doubled up inside her trying to butt its way out blindly, groping for the way out. Kill me that would. Lucky Molly got over hers lightly. They ought to invent something to stop that. Life with hard labour. Twilight sleep idea: queen Victoria was given that. Nine she had. A good layer. Old woman that lived in a shoe she had so many children.
La cabeza del niño demasiado grande: fórceps. Doblado dentro de ella tratando de abrirse paso a ciegas, buscando a tientas la salida. A mí eso me mataría. Suerte que Molly despachó los suyos fácilmente. Deberían inventar algo para poner fin a eso. La vida con parto forzado. Esa idea del sueño crepuscular: a la reina Victoria le dieron eso. Nueve tuvo. Buena ponedora. La vieja que vivía en un zapato y tuvo tantos hijos.
La reina Victoria de Inglaterra (la vieille ogresse with the dents jaunes, como se la denomina en el capítulo 3) tuvo en efecto 9 hijos (4 chicos y 5 chicas) a tres de los cuales, por cierto, transmitió la hemofilia.
No había ningún antecedente de esa enfermedad en su familia, por lo que o bien su padre verdadero no fue el príncipe Eduardo de Kent o se trató de una mutación genética.
Leopoldo fue hemofílico y Alicia y Beatriz portadoras, y sus respectivas hijas (Alejandra Fiódorovna y Victoria Eugenia) transmitieron la enfermedad a las monarquías rusa y española.
Pues bien, Joyce compara a la soberana inglesa con la viejecita de una popular canción infantil que, aunque de texto sencillo, ha tenido multitud de interpretaciones de todo tipo.
There was an old woman who lived in a shoe. She had so many children she didn’t know what to do. She gave them some broth without any bread. She whipped them all soundly and put them to bed.
Había una vieja que vivía en un zapato. La pobre tenía tantos niños que no sabía qué hacer. Les hacía un poco de caldo sin sopas. Les daba unos palmetazos y los mandaba a acostarse.