Blas Baba de Allá nació en Cisterna, Badajoz, el 25 de Diciembre de 1995. Hijo de Jacinto Baba, un humilde granjero y chatarrero y Dolores de Allá, un ama de llaves y de casas, siempre durmió despierto.
Autodidacta y devorador compulsivo de Internet, a los 5 años ya hablaba 10 idiomas, a los 7 resolvió la cuadratura del círculo y a los 8 conducía el tractor de su padre con un mando remoto que creó él mismo, a partir de viejas azadas y collares de gatos. Había nacido Blas Star.
A los 10 años perpetró una impresora 4d con hueveras, bombillas rotas del corral y caca de vaca, como material base. Construyó con ella un enorme molino con eficiencia 99.9% al que llamó Quijote 6.0 y una central eléctrica en el río Aguapocha cercano a su casa, abasteciendo de electricidad a todo su pueblo de manera inalámbrica, a la que dio el nombre de Chispita Plus.
La iluminación de Dios
Florecía la primavera de 2005, y Star contemplaba las estrellas desde el pajar, cuando se le cayó una bellota gigante en la cabeza…
Su generosa berza comenzó a arder y esa misma noche escribió una opa de la Teoría General de la Relatividad en la que aseguraba que el universo no se curva por acción de la gravedad, si no que se encuentra doblado y roto ya de serie y existen caminos, que denominó agujeros pajeros, por los que se pasa de un pajar a otro, de una a otra dimensión.
Aquí surgiría su gran idea> el tele-transportador cuántico, que bautizó como App 0.0 (Atajo pal pajar) y que concluiría 10 años después. Fan acérrimo de Tesla, decidió seguir sus pasos.
Un viaje a las estrellas
Trotaba el 2015 y Blas Star salió de Cisterna con los ojos brillantes como luciérnagas en dirección a la capi, a Madriz, montado en su cabra Manolita Nerviosa, a la que había tratado genéticamente para correr 200 cuadras por hora y aguantar pesos de cinco mil palomos.
Radiante, se llevó con él su invento, un poco prometedor y oxidado contenedor de gasolina con dos patas, pero que escondía dentro la mayor genialidad concebida jamás por un ser humano.
Se presento así pues en Moncloa, para hablar con el presidente Rajoy. Obviamente no le recibieron, pero las casualidades que a veces marcan la historia de la humanidad, se alinearon con Blas y su Estrella> Marianico entraba en ese momento, cansado por todo un día de ruedas de prensa.
Blas Star le hizo una demostración insitu al aforado sin aforar, quien se teletransportó de Moncloa al Pardo y de vuelta. Marianico le trasladó que su invento era una mierda, salvo alguna cosa y que no podía financiarlo porque no acababa de ver aplicaciones, además, no tocaba I+D.
Terminó rematándolo, en su razonamiento, de que qué iba a hacer entonces con los funcionarios de la EMT, las huelgas de los taxis y de los conductores de Uber, los controladores aéreos y varios etcéteras, como que las excursiones del Imserso acabarían y los jubilados se le enfrentarían.
Sólo de pensarlo se desmayó y la petisa Sor Allá mandó al chico a casa, no sin antes culminarle soberbia, que el único nicho de su hijo estaba en San Isidro.
Ilusión. Otros satélites que sondear
Derrotado en la batalla mariana, pero no en su Guerra, se decía Blas Star, que era luchador y no se iba a rendir tan fácilmente, así que se las ingenió para que le recibieran las demás debilidades políticas.
Habló con Pableras, El Coletas pero éste le confesó que APP acabaría con la clases humildes eliminando los empleos sin valor añadido y que la revolución era cosa de los hombres, si eran camaradas, mejor. También trató de dialogar posteriormente con Pedro Chayán, quien simplemente no le entendió.
Por ultimo habló con Inés Pétalo de las Arrimadas, ya que no logró contactar con Riveletera, quien tenía ese día meetings con PP, PSOE, Podemos y el Partido de la Empanadilla Verde.
Inés se arrimó coqueta y echá palante decidió ir a la pelu, cortándose las puntas antes de tiempo con un enganche oxidado de aquella maravilla de la demencia humana. Fuera de sí, salieron de su boca palabras imposibles de reproducir y Blas asustado huyó patizambo.
Esperanza. Buscando a Star en otro planeta
Desencantado y renegando de su propia nación, ni siquiera buscó inversión privada aquí y se teletransportó a Massachusetts, donde presentó su idea.
En el MIT le preguntaron si era comunista o terrorista, y Blas asustado negó contundentemente todo, hasta la ‘o’ ! . A continuación le ofrecieron la nacionalidad americana, pero Blas era orgulloso patriota.
Finalmente, mientras grababan todo con tres cámaras a 200 fotogramas por milisegundo y pasaban a Blas y a APP por un scanner cuántico, le acusaron de terrorismo internacional. Antes de ser apresado, Blas se desintegró de nuevo a Cisterna.
Resurgimiento. Explorando otras galaxias alternativas.
Los ojos de Blas ya eran por aquel entonces cuarto menguante, pero de rodillas en la era puso a Dios por testigo de que jamas volvería al pajar, dirigiéndose diligente a Pekín!
Allí habló con el bueno de Jack Ma, creador de la multinacional Alibaba, quien tras dudar, le espetó finalmente que no le interesaba su artículo porque solo tenía dos colores, que lo mas que podía hacer era vender la maquina online como regalo, al comprar su nueva alfombra voladora SuperAlibaba 4.0, controlada desde el smartphone.
Ultrajado, eligió como destino al enemigo de occidente Rusia y para no llamar la atención prefirió ir en avión, pero he ahí su nuevo error cuando en la aduana moscovita divisaron una pegatina del MIT en su camisa roída de pana y le retuvieron por posible espía yanqui… Pero, ante la atónita mirada de los kajeberos, el padre de APP se desvaneció en la nada.
Persistencia. Vuelta a La Vía Láctea.
Esa nada le llevaría al canal de la Mancha y ya en su paseo inercial por UK, se topó con una asociación anti inmigración de jornaleros en Londres, que le gritaba: ‘Brexit! Garbage out of here!!’
Trató de colarse después en Alemania y explicó su invento en Siemens, quienes por fin le dieron el visto bueno, contratándolo ese mismo día, pero cuando apareció pletórico al día siguiente, le llevaron a lavar los platos del comedor… Se escabulló pues en una burbuja de Fairy.
Estuvo una semana arrastrándose por las noches europeas con la mirada perdida entre las pocas estrellas del cielo y las luces de neón, cuando chocó con La France, acudiendo en un nuevo impulso de ilusión a los edificios de Airbus.
Allí le adujeron falta de glamour de APP, cuando en realidad lo que ocurría, es que el director de aerodinámica de la compañía había sufrido un ataque al corazón, al ver el artefacto que le hundiría.
Volviendo hacia ninguna parte, con la mirada y los andares caídos y a modo de estocada final, Blas se cruzó con Marine Le Egaliten, quien le escupió > ‘PIG en France est égale à guillotiner’ y le sobró un segundo para fundir el horizonte.
La explosión de una supernova fugaz
Había mas destinos que explorar, mas aventuras por correr, mas batallas por librar, pero Blas Star estaba cansado y desilusionado… le habían derribado.
En Cisterna se dedicó al maíz en la granja familiar y a escalar descampados. Comenzó a darle también al ron de maíz, que él mismo ideó tiempo después y al que bautizó APP 0.1 (Atajo pal palmar)
Blas Star se suicidó el 1 de Enero de 2016 en su pueblo natal Cisterna, a la edad de 25 años, dos años antes de la edad requerida, para las almas geniales atormentadas…
Encontraron una vieja mesilla tallada en madera, la primera idea que había materializado Blas a la edad de 3 años, según explicaría su madre posteriormente, en la radio del pueblo. Esculpido toscamente en la parte trasera se leía> Sólo sé que no sé nada…
Aún se puede ver a APP 0.0, susurrar cerca del río Aguapocha, las palabras que escribió Jack Ma en la estancia de Blas en Pequín > Listo para venta y distribución.