La penetración de la fiesta de Halloween en la tierras de la vieja Europa es ya algo imparable, no hay mas que ponerse en la puerta de un colegio estos días. Sin embargo, el entusiasmo con el que ha sido acogida por los más pequeños no es compartido por todos.
La última en sumarse a las críticas ha sido la Agrupación de Brujas y Muertos Vivientes, que ha anunciado una huelga indefinida en protesta por la involución que, a su juicio, está sufriendo la festividad.
«Antes salías a la calle en Halloween y podías hacer tu trabajo, comerte a los niños, destripar a los adultos…», dice Piruja Martínez, portavoz de la agrupación. «Ahora es diferente. Hay tantas niñas disfrazas de brujas que ya no sabes quién es quién, para hacer brebajes mágicos tienes que pasar un control de calidad… Y de lo de destripar ya ni hablamos… Llevo sin comerme un niño desde el 75«.
Por estas y otras muchas desavenencias, la Agrupación ha decidido no salir a la calle este Halloween. En estos momentos, se encuentran negociando con el Ministerio del Interior los servicios mínimos.
«No contemplamos más de 1 destripamiento por cada 10000 habitantes censados«, afirma Piruja Martínez. «No se sacarán calderos y las invocaciones al demonio se limitarán únicamente a los versículos de introducción, nada de pentáculos ni gatos negros«.
Otros colectivos afectados
La agrupación representa también a otros colectivos que se sienten igual de marginados. El de los muertos vivientes es, probablemente, el más sangrante.
«Parece que nadie se da cuenta del esfuerzo que supone levantarte de la tumba estando muerto», afirma Eulogio Expósito, muerto en la Revolución Gloriosa en Madrid en 1868. «Hasta ahora lo sobrellevaba, pero últimamente ya no puedes ni sacarle a alguien el corazón con un poco de profesionalidad. Dicen que no es políticamente correcto».
Eulogio y sus compañeros se quedarán en sus tumbas este Halloween. Lo mismo harán vampiros y chupasangres de todas las razas:
«La saga Crepúsculo ha hecho mucho daño. Antes había respeto, sacabas los colmillos y la gente salía corriendo cagada de miedo, como debe ser. Ahora te toman por un sex symbol y te piden autógrafos…», dice un vampiro del barrio madrileño de Alcorcón que no ha querido dar su nombre. «Vamos a hacer los servicios mínimos porque nuestro comandante en jefe desde Transilvania nos ha pedido que mantengamos el tipo, pero si fuera por mí…»
Las calabazas, cabreadas
Pero, sin duda, lo que más le ha dolido a las autoridades, por inesperada, ha sido la protesta en masa de las calabazas. Se quejan de que la fiesta de Halloween está diezmando su población, algunas hablan hasta de genocidio, y están dispuestas a recurrir a la violencia si es necesario.
«Hemos dado la orden de realizar ataques indiscriminados contra todos aquellos que intenten abrir en canal a una compañera para hacer faroles, les meteremos las velas por el culo«, dice Calabaza Guevara desde Rosario, en Argentina. «Que hagan la fiesta con melones, pero a nosotras que dejen de tomarnos por gilipollas«.
Mientras el Ministerio del Interior intenta llegar a un acuerdo contrarreloj con la Agrupación, el Congreso de los Diputados de España ya se ha puesto manos a la obra para tener preparado un plan B por si no se llega a un acuerdo. Se espera que Mariano Rajoy sea investido presidente antes de que termine el mes.
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