Casi seis décadas después de su nacimiento y cinco años y medio después de renunciar a la violencia, la banda terrorista ETA culminó a principios de Abril su proceso de desarme unilateral, sin haber obtenido concesión alguna del Gobierno.
Sin embargo, las últimas investigaciones realizadas por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) apuntan a que ETA tiene aún un arma guardada. Se trata al parecer de una navaja vascongada, que se utilizó en el asesinato del empresario vasco Aitor Parodio el 2 de Marzo de 2018, quien se negó a abonar el impuesto post-revolucionario exigido por la organización.
La entrega de este arma podría poner cota al caso y atrapar incondicionalmente al etarra que cometió el crimen, razón por la que se sospecha que la navaja sigue escondida en algún zulo de la sureña ciudad francesa de Montpellier.
La desonfianza en la UCO ante el anuncio de la banda terrorista surgió simplemente por una paradoja lingüística: una banda armada desarmada. El director de la UCO, José Carlos Pérez Villamandos, al no poder resolver la paradoja, se puso en contacto con la RAE y tuvo una breve charla con Pérez Reverte, quien vehemente, le confirmó su sospecha: una banda armada no puede desarmarse, pues se abriría un agujero negro, con posible epicentro en la capital española.
LA UCO comunicó sus hallazgos al Ministerio del Interior, manteniendo el día de ayer una reunión secreta con Pello Urizar, portavoz de Bildu, para aclarar la frase. Al parecer, Pello sostuvo que los miembros de ETA, suele ser gente de pueblo poco formada y que no maneja bien las palabras y que por tanto ellos se encargarían de mejorar la frase.
En cuanto al tema del arma, Pello aseguró que desconoce si el etarra en cuestión se encuentra ya preso o por el contrario está huido, por lo que Bildu se ha ofrecido incondicionalmente y de manera unilateral a ofrecer al Estado toda la información que necesite, comprometiéndose así mismo a ponerse en contacto con Eta para que entregue definitivamente la navaja y complete el desarme.