En el capítulo VI del Ulises de Joyce, Leopold Bloom asiste, con un grupo de amigos, al entierro de Dignam. Para apartar de sí los sinsabores de la muerte, recuerda los buenos tiempos en que se lo pasaba pipa con Molly en casa del bromista Mat Dillon.
Jolly Mat. Convivial evenings. Cold fowl, cigars, the Tantalus glasses.
El jovial Mat. Noches alegres. Pollo frío, cigarros, los vasos de Tántalo.
Todo el mundo sabe que Tántalo es un personaje de la mitología griega al que los dioses (siempre tan castigadores) condenaron a padecer sed crónica: sumergido en un lago con el agua al cuello, cada vez que intentaba bajar la cabeza para beber, el agua se apartaba de su alcance. Pero quizá no sepa qué es un vaso de Tántalo.
Pues bien, es una copa que obliga al borrachín compulsivo a beber con moderación. En apariencia, se trata de una copa normal, pero en el centro alberga un tubo hueco y curvo, abierto en sus dos extremos, uno de ellos perforando la base del vaso y el otro casi tocando su fondo por dentro.
Este invento, atribuido a Pitágoras, permite llenar la copa hasta cierto nivel, pero, si el bebedor, llevado de su ansia, rebasa ese nivel, el vaso (por obra y gracia del principio de Pascal y el efecto sifón) se vacía hasta la última gota.
La versión comercial se fabricaba con gran ornamentación y con el tubo camuflado para que la copa no pareciera un matraz Erlenmeyer u otro artilugio de laboratorio químico.
Fue un artículo de broma muy popular en su tiempo y que no le hubiera ido nada mal a Joyce en su juventud para atemperar su dipsomanía.
Demostración práctica
Para finalizar este didáctico capítulo de Ulises, pesimismodigital.com os presenta en exclusiva un vídeo explicativo, que sin duda haría las delicias del mismísmo Joyce, copando al límite sus expectativas: