Al comienzo del capítulo III del Ulises de Joyce, Stephen, que acaba de cobrar sus 3 libras (2 en billetes -uno de ellos roto con las dos mitades pegadas- y otra en un soberano de oro) por sus servicios como profesor, pasea por la playa de Sandycove.
Cierra los ojos y deja su mente libre a las especulaciones aristotélicas sobre los conceptos del espacio y el tiempo. De lo diáfano y lo adiáfano.
If you can put your five fingers through it it is a gate, if not a door.
Si se pueden meter los cinco dedos a través suyo, es una verja; si no, una puerta.
Al parecer, los ingleses nunca han tenido suficientemente clara la diferencia de concepto entre door y gate.
Todos hemos visto por ejemplo en los aeropuertos indicaciones de embarque por la Puerta Fulanita o la Gate Menganita.
Pues bien, un erudito lexicógrafo británico, conocido como el doctor Johnson (para muchos el segundo autor más citado de la lengua inglesa tras Shakespeare) publicó en 1785 el Dictionary of the English Language, en donde el buen hombre establecía:
Door is used of house, and gates of cities and public buildings, except in the license of poetry
Door se aplica para una casa, y gate para ciudades y edificios públicos, salvo en licencias poéticas.
A Mr Joyce (que era, no lo olvidemos, licenciado en lengua inglesa) no le debió parecer de gran rigor lingüístico esta declaración y decidió en este pasaje (con su humor característico) parodiar al peluca doctor Johnson estableciendo una distinción sin duda mucho más clara y “tangible”.